viernes, 27 de noviembre de 2015

INSECTARIO



Bajo la sombra opresora de tu lecho,
aquí estoy.
Soy sólo un extraño y arácnido insecto
que se esconde bajo tu silueta.
Allí estoy, acostada junto a ti,
esperando a que duermas,
que te envuelvas con tus alas en el sueño del celta:
la exploración de mis patitas que te caminan cada retazo.
Tú, un fuerte y espartano escarabajo,
de los de antes, de los guerreros.

Una señal me indica tu descenso,
seré no más que la extraña especie que se aprovecha:
te anudaré entre mis redes,
te envolveré de forma fractal;
seremos el espejo del caos.

Despertarás sin rumbo fijo,
escarabajo sonámbulo,
paciente vendado en mis mil olores,
escarabajo incapacitado,
sedado por el sudor de mis venenos.

Mientras tanto, en silencio, lloras tu sangre que es mi alimento.

¿Cuántos versos debo al viento antes de que te desanudes (desnudes)?
El viento que quiere salvarte: sacude esta telaraña que no es más que nuestro santuario.
Escarabajo detentor de mil andanzas,
sólo puedo ver sobre ti visos escarlatas,
y el sol fijándose en el urdir de nuestras miradas.

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