viernes, 12 de agosto de 2011

PRIMER CAPÍTULO DE OPIO EN LAS NUBES

Pink Tomate




Soy Pink Tomate, el gato de Amarilla. A veces no sé si soy tomate o gato. En todo caso a veces me parece que soy un gato que le gustan los tomates o más bien un tomate con cara de gato. O algo así. Me gusta el olor del vodka con las flores. Me gusta ese olor en las mañanas cuando Amarilla llega de una fiesta llena de sudores y humos y me dice hola Pink y yo me digo mierda, esta Amarilla es cosa seria, nunca duerme, nunca come, nunca descansa, qué vaina, qué cosa tan seria. Claro que a veces me desespera cuando llega con la noche entre sus manos, con la desesperación en su boca y entonces se sienta en el sofá, me riega un poco de ceniza de cigarrillo en el pelo, qué cosa tan seria, y empieza a cantar alguna canción triste, algo así como I want a trip trip trip como para poder resistir la mañana o para terminar de joderla trip trip trip.




Mierda, los días con Amarilla son algo serio. Voy a intentar hacer un horario de esos días llenos de sol, esos días un poco rotos, raros, llenos de humo, un poco llenos de café negro. Voy a hablar en presente porque para nosotros los gatos no existe el pasado. O bueno, sí existe, lo que pasa es que lo ignoramos. En cuanto al futuro nos parece que es pura y física mierda. Sólo existe el presente y punto. El presente es ya, es un techo, una calle, una lata de cerveza vacía, es la lluvia que cae en la noche, es un avión que pasa y que hace vibrar las flores que Amarilla ha puesto en el florero, el presente es el cielo azul, es una gata a la que le digo eres cosa seria y ella me responde sí, soy cosa seria, mierda, el presente es un poco de whisky con flores, es esa canción con café negro, es ese ritmo con olor a tomates, ocho de la mañana, techos grises, teticas con pecas, nada que hacer I want a trip trip trip mierda, qué cosa tan seria.




6:00 a.m.


Llega Amarilla de una fiesta y me dice oye Pink, ¿cómo vas? Y yo le contesto bien, todo va bien. Salvo mi corazón, todo va bien. Amarilla tiene el pelo revuelto, me acaricia y yo le doy un arañazo en la nalga, como para no perder la costumbre. Amarilla se dirige a la cocina y se prepara un café, mira por la ventana, se acaricia el pelo y dice que la vaina está jodida y yo pienso que en verdad todo está jodido. Los árboles están jodidos, las calles están jodidas, el cielo está jodido. Las palomas están jodidas. Mierda. Yo también estoy como jodido. Me dan ganas de ahogarme en salsa de tomate.




7:00 a.m.


Rojo o tal vez azul. No sé. El sofá donde está sentada tiene tal vez esos dos colores. Amarilla se fuma un cigarrillo. Se lo fuma sin afán. El humo azul de su cigarrillo me envuelve. Amarilla me lo echa directo a los bigotes. Amarilla se arregla las uñas y me corta uno de los bigotes. Puta mierda. Siempre hace lo mismo cuando está deprimida. Luego subimos a la azotea y Amarilla abre los brazos, respira y me dice que la mañana está perfecta para suicidarse. Entonces me agarra y me lanza a otra azotea que queda abajo y yo doy vueltas y vueltas y por mis ojos pasan el cielo azul, los edificios, las nubes, el sol, las ventanas, los ruidos y finalmente caigo parado en la otra azotea en medio de un poco de ropa extendida y digo mierda, esta Amarilla es cosa seria. Subo hasta donde está Amarilla y me acurruncho entre sus piernas y pienso mierda, qué rico. Me arrepiento en haber pensado en ahogarme en salsa de tomate. Comemos galletas de chocolate y miramos la ciudad. Amarilla se sienta y lee el periódico. Me muestra una noticia de un hombre que mataron por una orinada.




8:00 a.m.


Sube el viejo Job, el vecino de Amarilla, con un poco de café. Con Job viene Lerner, su gato. Lerner es un poco tímido. Yo saludo a Lerner y le digo oye Lerner ¿qué te pasa? Y entonces Lerner se esconde detrás de las piernas del viejo Job y me dice Pink no me pasa nada, fresco loco. El viejo Job se sienta al lado de Amarilla y respira hondo. Ya me lo conozco. Le gusta oler el champú que usa Amarilla. Fresa. A mí también. El viejo Job le echa un poco de brandy al café y deja la botella destapada. Meto mi lengua en la botella. Me gusta sentir ese mareo del brandy, ese mareo que quema por dentro a esta hora cuando todo parece normal, cuando todo el mundo se dirige al trabajo, cuando todo el mundo piensa cosas correctas. Me gusta ese mareo a esta hora cuando no es normal que uno esté un poco ebrio, un poco triste, un poco como vuelto mierda.




9:00 a.m.


Bajamos. Estoy mareado por el brandy. Ebrio. Estoy envenenado por la mañana, por el cielo. Mentira. Estoy envenenado por Amarilla en la mañana, por Amarilla en el cielo, por ese olor de Amarilla que se halla diseminado por todas partes. El día huele a Amarilla. Miro hacia el cielo y veo en las nubes la forma de sus nalgas, la palma de sus manos. Veo los árboles y el ruido de las hojas me dice oye gato marica pon atención te habla Amarilla. Mierda, qué cosa tan seria trip trip trip.




10:00 a.m.


Amarilla se despide del viejo Job. El viejo suspira y le mira las nalgas. Lo comprendo. Antes de despedirse el viejo Job le dice que más tarde viene con una torta de naranja y Amarilla le dice está bien viejo, está bien. Amarilla cierra la puerta y se abre la camisa. Se fuma un cigarillo. Abre la ventana. Se coje las tetas, observa sus pecas iluminadas por los rayos del sol, se mira las manos y finalmente se queda estática ante su reflejo en la ventana y trip trip trip. Es evidente: Amarilla ha empezado a tejer la red de su día allí frente a la ventana. Está un poco desesperada trip trip trip. Suena el teléfono. Amarilla contesta. Se ríe y dice que en realidad no sabe si tiene ganas de una orgía o de un pan con mermelada trip trip trip.




11:00 a.m.


El sonido del agua me aturde. Afuera hace sol. Amarilla se baña. Yo estoy en el sofá. El sol entra por la ventana. El ruido del agua inunda el día, la mañana, el mundo, los árboles. En ese momento sólo existe ese ruido. El mundo se reduce al sonido del agua cayendo sobre el cuerpo de Amarilla, sobre sus tetas, sobre sus nalgas, sobre su cuello, sobre sus piernas. Eso es el mundo: agua, Amarilla, la canción que canta trip trip trip, el rayo del sol que cae sobre mi cuerpo. Nada más. Amarilla sale del baño y me dice que salgamos a decirle adiós al cielo azul con las manos.




12:00 m.


Amarilla prepara algo para almorzar. Alguna receta con tomates. Fuma mientras pela los tomates. Dice que ayer fue a presentar una entrevista para un trabajo en la fábrica. Creo que una entrevista para un trabajo es algo así:


Nombre: Amarilla.


Estado Civil: Soltera.


Religión: Ninguna conocida. Alguna vez intentó ser krisna pero la cogieron comiendo una hamburguesa grasienta y la expulsaron. Pero se había leído parte del Libro de los Vedas. Después intentó ser vegetariana. Tampoco le funcionó. Por último se metió a una liga que defendía las ballenas. Hasta donde sabía, su madre la bautizó. También hizo la primera comunión en la iglesia de Jesucristo Obrero.


Sexo: Perdió la virginidad en el asiento trasero de un viejo Ford, en una noche de verano.


Dirección: Avenida Blanchot.


Enfermedades: Las de la niñez y alguna que otra infección pasajera, sin importancia.


Experiencia laboral: Mesera de bar, acomodadora en un cine, alguna vez vendió loteria, traductora.


Estudios: Empezó a estudiar de noche inglés y computación pero la echaron a mitad del semestre porque un malparido profesor se lo pidió.


Idiomas: Algo de inglés. Se sabía toda la canción Copacabana de Barry Manilow.


Comemos en silencio. Amarilla me dice que tiene ganas de hacer una siesta porque siempre que duerme a esa hora sueña con barquitos de papel en la mitad de un cielo azulito. Pienso en sus nalguitas rosaditas trip trip trip.




1:00 p.m.


Amarilla está dormida. De pronto suena el ding-dong del timbre. Mierda, debe ser el viejo Job. Otra vez ding-dong. Mierda, qué viejo tan insistente. Ding-dong. El viejo Job se sienta junto a la puerta y empieza a comerse la torta de naranja. Le da un poco a Lerner, el gato tímido. Salgo por una ventana y me acerco lentamente. El viejo Job me ofrece un poco de torta, pero yo la rechazo. Mierda, qué cosa tan seria. Le digo a Lerner que qué le pasa, que qué se cree, que más bien nos vayamos a cazar raticas, como debe ser. Lerner se avergüenza y me dice claro Pink.




2:00 p.m.


Amarilla se despierta. Estoy junto a ella. Amarilla se dirige junto al comedor y se sirve un poco de whisky. Suena el teléfono y Amarilla contesta. Se ríe y dice que en verdad haga lo que se le dé la puta gana. Entonces me acaricia y me dice que me va a llevar al hipódromo para que conozca los caballos. La veo y pienso que en verdad haga lo que se le dé la puta gana conmigo trip trip trip.




3:00 p.m.


Salimos a un parque. La tarde está un poco triste. Un poco rota. Un poco difusa. El cielo está gris y hace un poco de frío. Amarilla me dice que tiene ganas de tomarse una fotografía en un día triste. Amarilla se sienta bajo un árbol y saca una botella de whisky. Toma un poco y ensopa su mano con el whisky y yo le lamo la palma lentamente, sin afán. Nuestro árbol es grande e inspira confianza. A los pocos minutos una sirena interrumpe la calma del parque. Mierda. Unos árboles más allá una mujer se trata de ahorcar. La policía llega a tiempo e impide que la mujer se ahorque. Claro, la policía siempre se tira todo. Esta mujer ahorcada hubiera completado lo que faltaba a ese día para ser más triste trip trip trip.




4:00 p.m.


Llega Sven, un individuo que huele a tigre fatigado. Le da un beso a Amarilla en la boca, en la mitad de los dientes y mierda, pienso que este par se quiere. Sven dice que el próximo sábado la va a llevar al hipódromo y que va a apostar por Escarabajo, que Escarabajo lo va a sacar de la quiebra y le promete que se emborracharán con vodka en una tarde de sol y que irán a la playa y le comprará una pelota de colores y le dirá que la ama. Pura mierda.




5:00 p.m.


Estamos de nuevo en el apartamento de Amarilla. Sven le dice a Amarilla que los sábados son los días del amor y los caballos y entonces se encierran y hacen el amor. Me dan ganas de ahogarme en salsa de tomate trip trip trip.




6:00 p.m.


Debajo de la puerta de la alcoba de Amarilla empieza a salir humo. A los pocos instantes salen Amarilla y Sven desnudos. Sven se dirige a la cocina y trae un balde con agua y lo echa sobre la cama, que está en llamas. Amarilla le grita a Sven que se vaya que haga lo que se le dé la puta gana. Sven trata de abrazarla y le dice fresca muñeca, no ha pasado nada. Amarilla se pone a llorar y dice que tiene ganas de vomitar. Sven le dice tranquila muñeca, vomita. Mierda, mucho trip trip trip. Amarilla coge la ropa de Sven y la lanza por la ventana y después empieza a lanzarle los vasos a Sven. Uno, dos, tres. Cuatro putos vasos. Qué cosa tan seria. Sven sale con una toalla enrollada y recoge su ropa. Desde allá abajo le grita a Amarilla que es una muñeca muy salvaje, como a él le gustan trip trip trip.




7:00 p.m.


Salimos de nuevo a la calle. Amarilla lleva consigo su ropa y la va regando por el camino. Me siento como en esos cuentos de hadas donde la princesa perdida va dispersando cosas para recordar el camino a casa. Entramos a un bar y Amarilla pide una botella de vodka y le regala una camisa de flores al hombre del bar. Una canción triste suena en el fondo. Don't Leave Me Now. Amarilla enciende un cigarrillo, mira hacia el fondo del bar, se marea con las luces, mira a esos hombres de camisas de colores que entran con esas miradas que dicen hoy soy todo tuyo mamita y entonces Amarilla dice un momento muñecos hoy no quiero enredos don't leave me now trip trip trip. Amarilla se echa todo el contenido de la botella por todo el cuerpo. Después se acerca al hombre que atiende en el bar y le dice que cuando lo ve no sabe si darle un beso o cortarse las venas. El hombre le dice, fresca muñeca, todas las muñecas son iguales y le indica que el baño está al fondo a la derecha y que cerca del espejo hay una cuchilla. Fresco muñeco, le responde Amarilla y entonces pide un cocktail llamado Lluvia Ácida.




8:00 p.m.


La noche está demente. Las luces de la ciudad son pequeños ojos rotos, locos, alucinados que nos vigilan. Me dan ganas de estar en la mitad de una autopista. En la esquina nos encontramos con Sven. Se abrazan y Amarilla le dice que le haga el amor hasta el amanecer, ni más faltaba preciosa, que le meta la lengua hasta el estómago, que le toque el culo una y otra vez porque está haciendo frío, que no deje de lamerla mientras suena Touch Me, que le inyecte susurros entre sus dientes touch me, que le toque sus manos llenas de pequeñas líneas solitarias touch me, sus nalguitas rosaditas touch me, sus ojos llenos de pececitos nocturnos, sus palabras invadidas de cielitos rasgados touch me please hasta el amanecer, hasta cuando el sol raye el cielo con su luz, ni más faltaba muñeca trip trip trip.




9:00 p.m.


Muere el viejo Job. El apartamento está lleno de gente. Mierda. Amarilla entra y le da un beso en la frente al viejo. Amarilla pregunta por Lerner, el gato tímido de Job, pero nadie sabe dónde está. Amarilla y Sven van a comprar flores para Job. Al poco rato regresan.




Subimos a la azotea. La noche. La lluvia. El calor. Amarilla esparce las flores sobre la noche oscura. Las flores caen y se infiltran en el olor de la oscuridad. Lentamente. Flores blancas sobre la espuma de la noche. La noche. Las flores caen en la calle, en la humedad del reflejo de la nubes en la lluvia. Flores. Flores en el núcleo de las babas de Amarilla. La lluvia. Empieza a llover y las gotas de lluvia mojan la noche, las manos, las flores de la calle. Amarilla dice que los sábados son los días de los gatos, de los caballos y de los muertos. Mierda, qué cosa tan seria. La ciudad entera está muerta trip trip trip. Flores. Flores. Lluvia.




Rafael Chaparro

domingo, 7 de agosto de 2011

Y las hojas no se caen

Y la sombra no aparece

La luna no quiso salir esta noche

El sol se aburrió y se fue

Los ríos no se mueven

El viento no se siente

Las personas ya no cantan

El silencio se apaga

Se roban la historia,

¡Dios no se calla!

Los ángeles fuman marihuana

Con un poco de incienso del infierno

Lucifer Lee la biblia, desnudo o desnuda, ¿hombre o mujer?

El café sabe a sexo

Al azúcar le gustan las mujeres

Y al ron las putas.

Un poema se inyecta heroína

Sangra letras,

Se aruña la vida,

Se toca y se toca,

Pero se respeta eso sí.

Lo subterráneo se barre

Una boca se arrastra por la moneda

El rico come billetes de 80,

Cierto que no existen,

Bueno de 30.

Y celebro

Ayer cumplí 473 años

Como un lunes o un domingo

Pero no me bautizaron

A, y el oro vale mierda

De eso si me acuerdo

Así como los credos

Escupen maricadas

Me educo con la candela

Me revuelco en ella

Me hace cosquillas, me gusta, me gusta

Pero me quema el alma

Rico, rico, esa perra no me interesa

¡Ba!

¿Y qué?

Otra vez la felicidad se excitó con la pobreza

Y la envidia se acuesta con el hombre

Los ruidos frenan su aparataje

Tonta Colombia

Te moriste otra vez

martes, 2 de agosto de 2011

ANALOGÍA DE UN LETARGO MÁGICO.

¡Oriente Bello Oriente, nos llevas más allá de unas altas montañas, Más allá de ese verde que nos profundiza en una naturaleza rural, Más adentro de una selva de asfalto!
Detrás sale ese algo amarillo que todas las mañanas se enreda en nuestras cobijas, pero carajo, entra ya, sé que tengo que despertar, me levanto, mis pies se ponen fríos por el piso, esa enseñanza que nos deja que el frio es algo inevitable en la vida siempre estará ahí.
Está bien, voy, continuo sin discrepancias, por favor sé que tengo que salir a la calle, tratar de caminar raspar mis zapatos contra el asfalto, ahora desayuna un café, papaya, un pan tal vez, o en su defecto un sándwich, pero al final sabrás que después de cruzar la puerta tu boca no quedara satisfecha con toda aquella variedad de sabores que probaste, no, no será así, sabes que es, anda hazlo no te niegues a probar algo que sabes que lo necesitas, si, un vicio infalible pero hazlo ya basta de pensar, cojo un cigarrillo lo enciendo, sencillamente hermoso, satisfecho y consciente de lo que hice, tomo una bocanada de humo, pienso, delicioso huevon, así un cliché que se utiliza hoy en día, segunda bocanada de humo, veo como huye por mi ventana sale de la mano con el viento, se pierde en su inmensidad pero no me preocupo habrán mas, todas huirán.
Terminaste tu cigarrillo sal ya se hace tarde, salgo, voy con un rumbo incierto lo único que sé es que vuelvo a el lugar donde el sol en mis cobijas me despierta; baja los escalones ya muévete rápido, carajo mi conciencia me manda más que la mente, sigue, camino, sabes que tienes asuntos pendientes, si, si lo tengo claro ya cállate, salgo a la portería de mi casa, el portero me dice pilas joven que ayer mataron a alguien ahí al frente, si debajo del puente, tenga cuidado, mi morbo como el de cualquier persona me empuja a preguntar como paso, le pregunto al portero, sigo hablando una charla agradable pero miro el reloj, dios las 8 de la mañana, me tengo que ir , gracias Eliseo, ¿un taxi a esta hora?, o mejor Transmilenio?, si, si, pero rápido, está bien, Cr 53 estación desocupada, saco mi billetera 2000 pesos y esa tarjeta roja que me trasportara a través de esta hermosa ciudad, busco, busco, busco, ya ,ya ahí va, Jueputa me dejo, próximo C4, 7minutos, empieza el desespero, mi conciencia me dice cálmate recuerda cuando leíste ese libro de Paulo Cohelo “La calma absoluta no es la ley del océano. Lo mismo ocurre en el océano de la vida. “está bien tienes razón.
Llega, otra vez como siempre, Mierda lleno, se como buen ciudadano con afán, quepo como sea, entro, solo veo miradas sabiendo que siempre es evidente que tratan de mirarme de arriba abajo para determinarme como persona, un trayecto largo, me bajo, estación suba Cll 100, Alguna vez escuche, siempre revísense antes de descender, lo hago, JUEPUTA ahí otra vez, uno de los muchos efectos de salir a la calle, pasa una señora, disculpe le pasa algo, en realidad si, fui una víctima más del desempleo de nuestro hermoso país, si señora en efecto me sacaron la billetera, siempre he de cargar un billete de 50, solo una emergencia más de la vida.
Tratando de no estar hecho un lio, salgo de la estación con la sensación deliciosa que no se siente todos los días, DELICIOSO HUEVON, me robaron pero eso me enseñara a no dejar las cosas a la vista, algo material que se pudo haber llevado el viento o en su defecto un ladrón, en fin , Se Fue!, camino nuevamente solo veo carteles, posters, vallas, camisetas manillas por doquier JUAMA PRESIDENTE, así seguiremos votando, solo por la atadura de ver ahora en lo moderno la cara de nuestro homologo, camino, una obra, en mi vida un laberinto, encontrare cosas, en este caso, llegara esa persona, le pondremos, Penélope.
Solo la vi, fue algo repentino, llega una lluvia septentrional la cojo de la mano y corro junto a ella, ella solo me mira sin hablar no musita palabra alguna solo con una mirada lo pudo todo, corremos nos transportamos a otro mundo mientras lo hacemos, las gotas caen en nuestras caras el viento roza con nuestra piel y nos escondemos debajo de una parada de buses, nada especial siempre sumergiéndonos al lado de esa publicidad de variedad de cosas. Nos sentamos en esa banca fría, y de repente sus labios empiezan a moverse al son de las gotas de lluvia que caen y golpean el suelo, ¿por qué lo hiciste?, y te respondo con un vano silencio de intermedio dejo pasar algunos segundos y una respuesta efímera y concreta sale de mi mente, UN IMPULSO.
Así actuó este impulso, sin conocer y fue por curiosidad, algo que nunca había hecho algo que pudo haber cambiado con algún susurro de la susodicha pero al no ser así fue fantástico nunca hubo un plan pero todo iba bien, luego de esa pregunta sale el nombre que nunca espere, PENÉLOPE, pero después de eso callada quedo, la miro veo el reflejo de las gotas de la lluvia a través de sus ojos, esos que me llevan a ver un futuro con ella, Escampa, la tomo de la mano nuevamente y le digo, tienes frio, se nota, necesitas algo ven te invito a un Chocolate para que calientes tus hermosos labios y puedas hablar conmigo sin problema alguno, se escucha un hondo suspiro, Penélope indaga, ¿Pero dime Quien eres?, solo he seguido otro impulso tal vez igual al tuyo uno que me causo curiosidad, Pero ahora Mas curiosidad me Causa El saber quiénes somos, Dirijámonos a tomar algo, en realidad quiero conocerte me diste una sensación sublime, llegaste de la nada y yo también, aun así me causaste gran impacto, Vamos, Pero ahora si dime quien eres.
En realidad Voy por la vida, he pasado por muchas cosas hasta hace poco era ego centrista, me preocupo por la gente pero a veces pienso de mas, he cambiado estoy dispuesto a hacer amigos por doquier y si puedo hasta con la persona que ha llegado más inesperadamente a mi vida, quisiera llevarla y sacarle una sonrisa, y no quiero que el tiempo vuelva atrás y te confieso ahora, por ti me perdería así no te conozca en un total estado de perfección. No espero estar loco, simplemente soy distinto a la sociedad, rompo los cánones inesperados de tu ser, la magia de tus labios me envuelve en idromurias en salvajes sambonios, un brillo inesperado de tu risa, una celestial mirada que atemorizaba la primera vez que cogí tu mano, inesperadamente mi psiquis revelaba un secreto nunca antes percibido, inesperadamente mi psiquis liberaba un resentimiento con todo a mi alrededor, inesperadamente mi psiquis revotaba dando tumbos lado a lado en mi cabeza, mis ojos penetraban tu mirada, esquiva luminosa por el foco resplandeciente que la luz hacia perderse en la ventana, tus labios deseosos de un encuentro inalienable por la realidad, súbitamente miraste la ventana viste una sombra oscura que te abominaba, empiezan a brotar lagrimas de tus ojos como ríos con su cauce desbocado, es aquel el que te recuerda, ese por el cual sentías el imprevisto susurro de su voz, pero que ahora no te agobiara mas, porque pretendo estar a tu lado, ella no media palabra, tira mi mano, me besa, algo profundo, algo incomparable, algo con lo que algún día soñé, pero ya no es sueño, es realidad, rompí esa frontera, rompí el mundo que partido en dos se revela, me trata de decir algo, aun no lo sé, incapaz de contestarle algo soñé que la vida no era una sola, es una mezcla entre realidades y cosas mágicas que no se asemejan a la condición de supervivencia, de pronto soltaste mi mano y dijiste; En un beso sabrás todo lo que he callado.
Yo la miro, deseo seguirla besando, mis labios no aguardan pero paro y me pregunto, ¿ha sido todo esto un efecto más de mi enajenación hacia el mundo?, queda un silencio repentino y mi locura no aguanta, la amo tanto que el fuego empieza a recorrer entre mis venas, siento la necesidad de salir rápidamente de ahí, respiro tensamente, mis ojos empiezan a dilucidar, mi mirada trastornada te sorprende, y como en un principio te tomo de la mano y salimos corriendo, siento que volamos, mis alas se sueltan, se muestran al mundo nueva mente porque estas tu, tu las has liberado, corremos, divagamos por las calles de la ciudad, una enorme senda de diversos rumbos que todos nos llevaran a entrar y quedarnos en una nebulosa, mientras que los hechos y las ideas dialécticas entran al laberinto de salidas insospechables con una elipsis oscura y misteriosa, llevados a los mas excitantes momentos de felicidad y ahora simplemente te digo, has llegado, por fin lo has hecho, ahora ha llegado la hora de separar nuestros caminos, no quiero perderte, no quiero herirte, solo quiero saber que alguna vez te quise, doy la vuelta, no soy yo, siento que todavía está ahí, se escuchan los pasos rápidos volteo y tu bello rostro está ahí a perpetuidad en mi mente y te grito sutilmente, Te volveré a ver, te lo aseguro, los dos nos marchamos, miro el reloj nuevamente me doy cuenta de lo tarde que es, es increíble no hubo tiempo alguno en que no hubiese tiempo, pero para mí no es, a eso que le llaman tiempo, en mi no existe, vuelvo a mi casa lentamente, pensando en tu silencio. Subo las escaleras, abro con complicación la puerta, mi cabeza no deja de pensar en ti, ahora sé que noche y día estarás ahí, por fin entro, enciendo la luz y lo primero que veo es tu rostro, el silencio de mi casa me recuerda a ti, continuo, entro a mi habitación, apago la luz, lloro de pensar de no volverte a ver, entro en mis cobijas y en un letargo mágico, de repente el sol rompe mi ventana, irrumpe la oscuridad que hace algunas horas se imponía en mi habitación, aquella luz se posa bajo mi cama, entra de nuevo lentamente en mis cobijas y sube a mi almohada, la luz me busca desesperadamente, no aparezco, no existo, no vivo.
No Estoy.

POR:
Santiago Duran
Juan David Osorio