Las diferentes épocas históricas han estado marcadas por los cambios económicos y sociales que cada determinado tiempo se establecen como modelos de imposición y alienación, En donde la explotación del hombre por el hombre es característica predominante de los sistemas políticos y actualmente de los hilos de la economía mundial, es decir la existencia de oprimidos y opresores, generadores de las luchas de clase y las dinámicas sociales.
La globalización es un proceso económico, cultural, social, político y tecnológico que consiste en la internacionalización del mercado capitalista, unificando sus mercados, sociedades y culturas. Con el crecimiento de la comunicación y la interdependencia de los países, causado gracias a las N.T.I.C (nuevas tecnologías de la información y la comunicación). Siendo estas garantes del proceso globalizador. A partir de la segunda guerra mundial, este proceso empieza a expandirse con gran rapidez, pasando por la guerra fría y la caída del muro de Berlín. Así Sucesivamente llegaría a unos niveles de internacionalización planetaria que hoy en día trasciende de manera inmediata, cubriendo gran parte del mundo, en donde antes el capital no había podido llegar.
Para entender este proceso existen dos elementos fundamentales, el estado de las técnicas y el estado de la política, estos dos estados son inherentes y vinculantes. Las técnicas se nos ofrecen como un sistema, realizadas por medio del trabajo en momentos y lugares para su uso. Mientras que el estado de la política se da por procesos y acciones dirigidas políticamente.
Las bases más importantes de la globalización que ayudan a sostenerla son:
-la unicidad de las técnicas
-la convergencia de los momentos
-el conocimiento del planeta
- un motor único, representado históricamente por la plusvalía mundialmente organizada.
La globalización caracterizada por lo permanente, planetario, inmaterial e inmediato, le da una presencia universal dirigida por el capital internacional, y las nuevas tecnologías de la información. Con factores como apertura de mercados nacionales, tratados de libre comercio, multinacionales y privatización de las empresas públicas, la globalización se posa en detrimento del estado social de derecho, anteriormente garante de las necesidades básicas y de la protección de los individuos, dando paso a la protección de los mercados privados y defensa de ciertas políticas económicas facilitadoras del accionar del capital financiero.
Este proceso afecta la movilidad del capital, la migración de la fuerza de trabajo, la producción, la interpenetración de los mercados mundiales y el uso del estado como colaborador y elemento profundo de sustento a este proceso expansivo.
Este proceso implica darle al capital oportunidades de mejoría de la ubicación de sus centros de producción, y también la descentralización de sus empresas con autonomía en sus respectivas secciones, productivas.
Esto permite al capital funcionar las 24 horas del día. Manteniendo una convergencia de los momentos, es decir que los espacios y tiempos son los mismos en cualquier parte del mundo, posibilitando una aldea global, en donde habrá una inclusión y la posesión, o accesibilidad a las nuevas tecnologías.
Aumento creciente de producción, debido a la introducción de maquinas especializadas y como consecuencia a esto, gran cantidad de consumo. Por último se muestra una gran primacía de lo privado sobre lo público, en donde las nuevas tecnologías cumplen su trabajo de romper con los impuestos, o mejor con los aranceles y fronteras impuestas por los estados, lo cual hace un recorte de las fuentes económicas destinadas para lo público.
Después de dar una breve exposición de lo que se trata el proceso globalizador, sus características y sus elementos más visibles para entenderla y ahondar en sus causas y consecuencias; nos remitiremos a analizar, las posturas de uno de los más grandes pedagogos y escritores políticos de Latinoamérica, “La Otra Globalización”, su libro cumbre, en donde la globalización la explica por medio de tres planteamientos que trataremos lo más resumidamente posible.
La globalización como fabula, este primer mundo nos muestra la globalización como quieren que la veamos, este imaginario aparente, marcado por reproducciones erróneas de la realidad, fantasías consecutivas que lentamente van adhiriéndose a los cimientos sociales y creando envilecimiento, concatenada mente estas interpretaciones de la realidad se van acomodando y de esta forma creando verdades plausibles por la maquinaria ideológica de la globalización y aceptadas por parte de la población. Una de estas apariencias creadas por el sistema informativo servil a las políticas unificadoras, es la mal llamada aldea global, en este estadio el mundo se comporta accesible a todos, el tiempo y espacio se comprimen para formar una sola noción. Disminución de las distancias y mercados homogéneos dispuestos a incrementar las diferencias sociales y económicas. El consumo se estimula como política uniforme, haciendo que el estado se fortalezca solo para defender los intereses económicos de aquellos consorcios influyentes en las economías locales.
Estas políticas actúan como un nuevo surgimiento ideológico y también como aparataje alienador de las políticas sociales y progresistas para una nueva ciudadanía universal.
El segundo mundo, la globalización como perversidad, es la realidad que observamos, como su nombre lo dice, va en detrimento de la población, las diferencias económicas toman mayor presencia especialmente en los países del tercer mundo. Incrementando la pobreza, disminuyendo el salario promedio y aumentando el desempleo como lógica del sistema capitalista, esta globalización nos obliga a entender cada vez más, lo nefasto que son los intereses expansionistas y unificadores utilizados en contra del pueblo. La calidad de vida se deteriora, las enfermedades no dan espera y la salud se muestra inalcanzable; los males morales empiezan a resurgir, como el egoísmo, la ambición, el cinismo y por último la corrupción reinante que se observa en las esferas del poder sistemático. Esto se da por el afán de competencia que se inculca como valor de supervivencia económica.
Por último el autor presenta, la globalización como puede ser, es decir la otra globalización, una globalización más humana, incluyente, participativa, al alcance de todos y poniendo a funcionar las bases de la globalización, como la unicidad de las técnicas, conocimiento del planeta y la convergencia de los momentos a nuestra disposición. También incrementando el dinamismo social, las mesclas de las culturas y las relaciones sociales más amables para un desarrollo económico y humano solido y a favor de la humanidad universal. El surgimiento de un nuevo discurso que lleve a las masas a comprender el papel histórico que la existencia les ofrece, es clave para determinar el motor único, la plusvalía, este sustento de la globalización, la explotación mundial que se convierte en base de las estructuras económicas y ganancia exorbitante que suele excluir a la posibilidad de una globalización sin dominios sociales, sin contradicciones existentes en las políticas establecidas por las fibras ocultas de las finanzas privadas con la ayuda del estado, como trabajo abnegado de mantener sus prebendas y sus reparticiones estratégicas del detrimento del estado social de derecho.
La unificación no trae cohesión social, es una imposición disfrasada de unidad que el capital propugna. Por eso la realidad esta dirigida por las nuevas tecnologías, medios de comunicación e internet donde sus dueños dan las reglas y fijan las dinámicas que quieren establecer, con ayuda del paralelismo entre el capital y el estado.
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