viernes, 2 de noviembre de 2012

Puti-opinión


Ya hace un buen tiempo que no escribo y como es obvio, uno se siente algo oxidado. Quiero entonces recuperar cierta practica y tomar cierto ritmo escritural, así que a partir de ahora planeo subir como mínimo una entrada de opinión al blog de Putismo Literario. Sé que al principio no contaran con un ritmo narrativo sabroso y que tendrán una argumentación medianamente aceptable, pero aspiro y espero que a largo plazo mejoren y sean cada vez más claras e interesantes. Por ultimo quiero dejar en claro que estos textos no representaran la opinión colectiva de los integrantes del Putismo Literario, sino mi punto de vista particular. En todo caso, gracias a internet por esta porción de anonimato que nos da… eso de decir cosas sin que a uno lo detecten físicamente produce mucha comodidad.

Y quiero empezar este primer espacio justamente con esa temática de las identidades virtuales. Todos los días cientos de adictos desperdiciamos suficientes horas en las redes sociales. Digo suficientes porque no quiero reconocer las 5 horas que desperdicio diariamente desde que llego de la universidad hasta que, frustrado por no haber hecho ni mierda, me acuesto a dormir. Ahora bien, gracias a esta estúpida costumbre me he familiarizado tanto con el asunto, que puedo dar cuenta de los cambios que sufre la personalidad en estos sitios.

Si, también soy uno de ellos.

Creo que más que nada, lo que aporta y engancha tanto en las redes sociales (Facebook en mi caso) es esa falsa sensación de seguridad que transmiten. Pero esa “seguridad” se debe principalmente a que las personas detrás del computador no están en frente de la totalidad de la otra persona, simplemente tienen contacto con una parte del interlocutor. Cuando uno esta frente a frente con otra persona la comunicación no depende solamente de lo que se esta diciendo, sino también de factores extralingüísticos como lo son la expresión corporal y las entonaciones discursivas. En cambio, la comunicación por chat elimina la mayoría de estos factores y deja literalmente la conversación en esqueleto, solamente el mensaje escrito. Si no lo creen intenten decir un buen sarcasmo por chat.

 Al comunicarse de esta manera las personas inseguras se sienten más a gusto y empiezan a forjar una personalidad alterna que, en muchos casos, es mucho más interesante que la personalidad original. De esta manera las personas con determinadas falencias empiezan a mostrar una cara más fuerte de ellos, intentan llenar en la red social lo que les falta en la vida real. Y aquí viene lo divertido: Si son hombres se empiezan a sentir confiados, capaces de coquetearle a cualquiera de sus contactos, capaces de defender cualquier idea a capa y espada; si son mujeres son mas extrovertidas, abiertas a temas controversiales como la sexualidad e inclusive algunas se creen locas, imaginan vidas de caricaturas y series de internet.

Por mi parte puedo asegurar que fui victima de ese proceso que, para colmo de males, se da de manera totalmente inconsciente. Poco a poco y sin darse cuenta, uno comienza a vivir como siempre quiso, pero en una realidad virtual, mientras que en la realidad uno es el mismo perdedor de todos los días. Ese perdedor que no es capaz de hablarle a la gente porque le da pena o fastidio, o esa perdedora de la vida insípida que no quiere traer a acotación.

En fin, con todo esto no pretendo ni señalar ni excusar a los inestables usuarios de las redes sociales, en realidad mi objetivo es incitar a la auto-reflexión. ¿Sera que por medio de Facebook estoy demostrando lo que no soy? ¿Me estoy creyendo un cuento virtual que no podría sostener en la realidad? ¿Soy en realidad así? Sean las que sean las respuestas (o las preguntas) lo importante esta en darse cuenta de la farsa y empezar a esforzarse en la vida real por ser mejor persona. Vivir feliz como una lombris. 

Por cierto, soy un cura que predica pero que no aplica, así que les deseo suerte si lo intentan… por mi parte seguiré escribiendo desde el cómodo anonimato de internet, que es casi lo mismo que vivir una red social (y hasta  peor debe ser, igual de terrible que el titulo de la entrada). 

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