La mayoría
están conformes
con sus vidas.
A mi
no me digan
que quieren revolución
porque nadie quiere sangre;
no de esa manera.
El día que las puertas
se abran
y llegue un hombre
loco y de su cuello
cuelgue un letrero que
diga revolución,
habrá aves negras
gritando
mientras abren sus alas
y buscan entre la basura
humana
algo digno de comer.
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