lunes, 20 de mayo de 2013

Dificultad

Bajo el mar de la desesperación
me sumergí,
acabado,
vuelto mierda.
Sin ganas de nada.

Me he rendido,
entrego las armas.
Ya no soy nadie,
he bajado la guardia.

Frente a nuestra hora
de dificultad
he roto todo
aquello que me une
contigo.

Repitiendo tu nombre
una
y otra
y otra vez.

Maldiciéndote,
con los ojos
cargados de sueño,
los puños
cerrados y listos,
el corazón
desilusionado y cínico.

Con la mente
desecha y agotada,
los piernas
débiles y pesadas,
los brazos
delgados y manchados,
el cuerpo
inútil y sin gracia.

Reniego contra todo
y maldigo:
A todos y todas,
a ti,
a mi
y a toda la raza
humana.

Esa eres tu:
Humana.
Raza.
Y a todos tus hijos.

Al idioma extranjero
y el conocimiento
racional
de su estructura gramatical
también odio.

Tengo el martillo
y la trituradora.
¡Basta de pedantería!
Los enviaré
a todos
en dirección a la caldera.

Muerte a los ídolos,
lideres o
cabecillas.
Basta de esfuerzo,
no mas entrega.
Todo proyecto
quedará anulado.

Tu           y  yo,
sociedad e individuo.
Relaciones de poder
dentro del juego maldito.

Me retiro,
lo dejo todo en la esquina.
Salgo por la puerta
trasera
y allí,
entre los desperdicios,
me matan.

Denme una razón para vivir.
Nada de grandes sacrificios,
solo pido
una vida tranquila 
y sencilla,
sin mucho esfuerzo  
y buena comida. 

Cuando me muera
quiero poder decir
que esta noche voy a
"Echar mis versos del alma"

No hay comentarios:

Publicar un comentario