Frente al espejo los espectros reflejan calidez, ausentes los sueños que alguna vez pertenecieron a un individuo que gozaba de calma. Una caricia taciturna se esconde bajo el velo de la vergüenza, porque en estos tiempos malditos, ocultamos la ternura e idolatramos la violencia.
Si alguna vez alguien amó, ese alguien hoy es señalado.
Cuando se dibuja un abismo y la existencia es efímera, los infelices bailan en la puesta de sol.
Cuando las utopías son proyecciones aisladas y es mejor tomar un arma, una lagrima brota, se le da paso a la indiferencia.
Resistencia y sumisión como platos a la carta.¿Acaso es posible probar el dulce néctar de la intriga?
Sorpréndanse pues de lo que es capaz de hacer un esclavo cuando las cadenas pesan suficiente, pero la cabeza responde vagamente. Si despertar ya se tornó en rutina y descansar es un recuerdo del pasado ¿Como pretender que existe una razón?.
Las palabras tristemente son utilizadas como navajas de doble filo, los poetas desconcertados buscan embellecer las heridas con versos, pero frustrados observan como la esperanza es el producto más vendido del mercado.
Ayuda, ayuda mentes de cartón, que bajo las piedras como insectos se ha perdido lo que nos quedaba de humanidad.
Solo un gesto, nada más, sonrisitas molestas, susurros hipócritas, pensamientos malolientes, aptos del canibalismo emocional, ¡Que alguien me diga porque actuar como bufón!, nací para vivir, pero no estoy completamente viva. Quiero creer, creer en todos, creer en nadie y como un oso perezoso sostenerme en la rama más fuerte de esta inestable realidad, la genialidad se esta ahogando, porque la obligamos a hundirse, porque nos hace diferentes, porque tomar riesgos implica conocernos ¡Y como aterra aprender a ser humanos!.
Optar por el silencio ya me dejó un indeseado sinsabor en la conciencia y asediada ante la idea de desperdiciar las neuronas que han sido conservadas gracias evasión oportuna de los atrayentes diluidos en "necesidades" he decidido que la juventud me alcance para acariciar aunque sea, un trozo de ese algo por el que mis pies pertenecen a esta tierra.
Y si bien soy mujer, orgullosa estaré de mostrar la fuerza con la que mis hombros cargan los designios de esta tragicomedia, que se arrastren los que nacieron para dicha labor de manera sublime, pero no aquellos falsos imitadores que rodean su condición con excusas vanas de pleitesía.
Frente al espejo mis espectros emanan cantos desesperados, no soy quien para decir porqués, soy un alguien para salvar entre escoria carbonizada.
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