Llevo mucho tiempo sin escribir
realmente. Muchos me dirían que me la paso escribiendo, que la carrera solicita
continuamente estar produciendo textos para la revisión del conocimiento
aprendido, pero no. Ante estas afirmaciones no me queda más respuesta que
referirme a esos textos como simples ejercicios vacíos de reflexión espiritual;
sucesiones de letras desnudas, llenas de contenido intelectual, pero despojadas
de toda pasión o emotividad. ¿Qué sentido tiene escribir de esta forma? La
escritura académica no es escritura, es verborrea. La verdadera escritura
implica alma, corazón y muchos huevos.
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