Te
quiero así el tiempo nos haya hecho pedazos.
Cada vez que pienso en ti me asalta una corriente de incertidumbre, es un río
que corre fuerte por mi garganta. El cielo nos hace venia, porque no sabe, como
nosotros, hasta dónde llegar, no tenemos límites, o eso parece. O al contrario,
los límites son internos, nos limitamos mentalmente al otro. ¿Nos tememos?
Sonidos
estáticos en mi mente, tensión. Imágenes paralizadas: el tiempo nos toca, nos
derrumba y nos revienta el subconsciente. Somos esclavos de la rutina: despertamos
en su ausencia y dormimos en su ausencia, ésta nos es siempre inevitable. Es
por eso que a veces nos convertimos en energía paralizada.
Somos
misterio, sombras confusas, que padecen sentimientos inertes, sólo falta
intercambiarlos con el otro, comunicarlos, reflejarlos para que estallen en
vitalidad genuina.
Somos viento que divaga y serpentea, que se pierde en otros cielos. Viento disperso y punzante. Me emputa cuando dices todo a medias, no te creo nada porque lo esencial lo dejas en espera. ¿Acaso es el viento que se lo lleva? ¿Acaso lo esencial es tan frágil?
Somos viento que divaga y serpentea, que se pierde en otros cielos. Viento disperso y punzante. Me emputa cuando dices todo a medias, no te creo nada porque lo esencial lo dejas en espera. ¿Acaso es el viento que se lo lleva? ¿Acaso lo esencial es tan frágil?
Tu
cuerpo en mi cuerpo es una visión montañosa. Cruzar mis pensamientos a tu
cuerpo, eso quiero. Mostrarte de qué mundo estoy hecha, eso quiero.
Siempre soy ríos de impaciencia e inquietud. Siempre quiero saber más de lo que debo. Soy montañas escalables de ideas interceptadas y superpuestas, cada enredo intelectual es un escalón a la cima que es mi alma, una cajita frágil y polimorfa que dispara indistintamente conformaciones y utopías inimaginables.
Soy lo que quiero ser y hacer pero no lo dimensiono, soy el sueño de mi misma, pero no me veo, no encuentro el espejo de mi alma. Soy un mar de tentaciones. Soy caminos pedregosos e hirientes. Soy tormentas de sentimientos, soy el siento luego existo. Soy el papel antagónico, soy el desastre natural, soy inundaciones cognitivas. Soy presente donde el futuro es muerte, soy caos.
Siempre soy ríos de impaciencia e inquietud. Siempre quiero saber más de lo que debo. Soy montañas escalables de ideas interceptadas y superpuestas, cada enredo intelectual es un escalón a la cima que es mi alma, una cajita frágil y polimorfa que dispara indistintamente conformaciones y utopías inimaginables.
Soy lo que quiero ser y hacer pero no lo dimensiono, soy el sueño de mi misma, pero no me veo, no encuentro el espejo de mi alma. Soy un mar de tentaciones. Soy caminos pedregosos e hirientes. Soy tormentas de sentimientos, soy el siento luego existo. Soy el papel antagónico, soy el desastre natural, soy inundaciones cognitivas. Soy presente donde el futuro es muerte, soy caos.
La
vida se me hace polvo cuando hablo contigo, se me escurre vertiginosa. Pierdo
la claridad y la percepción real de las cosas, me aturdes, por eso sé que no
nos convenimos. Yo me adentro mucho en mí y me quiebro constantemente. Mi mente
es un taladro cuando idealiza que el tiempo nos pervirtió.