Me destruyo solo sin querer, lógica de esta vida incapaz, dudo de la certeza ¡porque sé que estará mal! ¡No! ¡Nada existe ni siquiera yo! Todo es un sueño, camino en nubes de destrucción afectiva e inmoralidad absurda. Gotas desgastadas en plástico valorizado subordinado, y de sumisos al sistema que no hacen esfuerzos de resistencia, es fácil destruir al alma, al espíritu, pero nunca la convicción, bastión de dignidad, incorruptible, nunca vencida, elevada a un deseo de lucha infinita, ruptura de la misión específica.
Entiendes las mentes, entiendes el poder de las bases organizadas hambrientas de oposición, abiertas de cambio imparable, sustancia eterna que se manifiesta sin creer el miedo absurdo de dormir infinitamente en ese letargo disminuido de sabiduría y enriquecido de ignorancia.
Son realidades profundas inexistentes nutridas de esa estirpe subdesarrollada, conforme por su posición, ¡entropía del conocimiento! Es la raíz sembrada sin el complemento del origen, forzada a nacer, golpeada y a mantener incansablemente un milenio, condenada a envejecer y auto despedirse con misiones inconclusas.
Dolor de vivir y miedo al morir, insulto a la naturaleza, ser volátil frágil al viento, polaridad sentimental, discurso doctrinal, encuentro de contradicciones sin saber el objeto inmaterializado. Confusiones literarias que llevan a distraer el corazón en laberintos insospechados de ideas armonizadas, delito adorado mural distanciado, tiempo querido ilusión del pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario